Hacia la gran movilización mundial por Justicia y Paz

Genocidio del pueblo palestino

La Humanidad ES. Yo soy Humanidad. Tod@s somos parte de ella y portadores de su esencia

Lo local y global conforman una unidad. La sociedad humana es un sistema complejo donde todas las personas y estructuras sociales creadas, estamos interconectados y somos interdependientes entre sí. Y todo tiene un comienzo y un fin. Los atentados del 11S, la crisis financiera de 2008, el covid19, la guerra en Ucrania y el genocidio del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania son momentos de un proceso continuado en tiempo de aceleración histórica de la humanidad que nos conduce hacia la emergencia de la conciencia de ser Uno. Para poder actuar con eficacia debemos conocer la verdad del tiempo que transitamos, cuidarnos alimentando la mutua empatía, responsabilizarnos del proceso de transformación que vivimos, y respetarnos en la rica diversidad. En 2023 la humanidad ha tomado conciencia de sí misma y de su poder. Desde ahora y a lo largo de 2024 iniciará un nuevo comienzo, el cambio de paradigma, de objetivos, motivaciones y valores dominantes. El genocidio del pueblo palestino activa la indignación de toda la humanidad, que tiene que manifestarse en una gran movilización mundial por Justicia y Paz.

Conocer la Verdad de nuestro tiempo

Conozco tu tribulación y pobreza, aunque estas rico, y la blasfemia de los que dicen ser judíos y no lo son, antes son la sinagoga de Satán”
Apocalipsis de Juan, versículo 2.9

Tras la caída del muro de Berlín, la disolución de la URSS y las movilizaciones por la globalización de la dignidad y justicia social en la década de los noventa, los planificadores de la seguridad del sistema capitalista promovieron la “guerra contra el terrorismo” para limitar nuestra libertad y democracia, y justificar la guerra ilegal basada en mentiras de Afganistán e Irak. Los promotores de los atentados del 11S aún están impunes, pues no se ha realizado ninguna investigación judicial ni policial, y las múltiples contradicciones y lagunas de la versión oficial no se sostienen. Nunca pudo darse sin colaboración interna del Pentágono i. La narrativa sobre el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 también está rodeado de incongruencias, lagunas y mentiras ii para justificar un hipotético “derecho a la defensa” que ha ocasionado la inhumana, terrorífica y genocida reacción del gobierno israelí encabezado por Benjamín Netanyahu. Y mientras, las verdaderas razones se ocultan a la opinión pública iii. Nadie nos habla del proyecto de EE UU e Israel alternativo a la Ruta y la Franja promovida por China y los BRICS iv, ni de los depósitos de gas frente a Gaza v.

Vivimos un profundo cambio de época. El fin del sistema capitalista por la confluencia de múltiples crisis que le impiden dar a la humanidad una salida de futuro. La crisis sistémica aboca irremediablemente a la crisis civilizatoria planteándonos un dilema: cambio de sistema con un nuevo paradigma, que posibilite la continuidad de la humanidad en armonía con la Vida en este planeta; o bien, el colapso civilizatorio.

Disponemos ya del conocimiento de la energía limpia e inagotable de la fusión fría gracias a la física cuántica de la fotosíntesis, la energía de la Vida en este planeta. De un desarrollo inimaginable de las fuerzas productivas con las TIC que nos han traído la Inteligencia Artificial (IA) y los ordenadores cuánticos. Con las nuevas relaciones de producción basadas en el conocimiento y trabajo en equipos multidisciplinares. Aunque aún hay que desarrollarlas y aunar las diferentes líneas en las que se viene manifestando, disponemos del nuevo cuerpo doctrinal de la economía por y para la vida, la economía del bien común de la humanidad. La globalización neoliberal de la economía capitalista nos ha interconectado en un único mundo, nuestra casa común, que nos aboca a un destino común compartido. Los nuevos valores de dignidad, solidaridad, respeto medioambiental, participación democrática, transparencia e interculturalidad se enraízan entre la juventud y las nuevas generaciones que se ven a sí mismos como ciudadanía internacional. Tenemos todo lo necesario para el imprescindible cambio de época. Tan sólo necesitamos confiar en nuestra humanidad, porque el verdadero Poder es nuestro.

También existe una férrea y sangrienta resistencia al cambio. La patente de la fusión fría ha sido comprada y ocultada vi. El beneficio del potencial de la Inteligencia Artificial y ordenadores cuánticos son reservados para una exigua minoría de personas agrupadas en torno a los Fondos buitres. La creatividad e innovación de los equipos de trabajo multidisciplinares se encadenan y limitan a la obtención del máximo beneficio para esta minoría. Los académicos e intelectuales universitarios e investigadores tan sólo obtienen recursos para los estudios e investigaciones que a ellos les interesa. Controlan los medios de comunicación de masas para dividirnos y enfrentarnos. Son tan escasos en número que temen a la democracia y la transparencia. Desde un poder oculto y nebulosos nombran a los máximos responsables de bancos centrales, FMI, BM, OMS, UE y otros organismos internacionales. Con el poder de la financiación de las campañas electorales influyen en quienes gobernaran en los principales países capitalistas, manteniendo un fuerte control del complejo industrial-militar de EE UU, Gran Bretaña, Israel y la UE. Los une, y hasta adoran, la ambición de poder, la avaricia y la vanidad. Son tan miserables como personas que tan sólo tienen dinero y poder. Todos ellos son sionistas vii, pero no todos son ni semitas, ni judíos, ni israelíes. Su defensa del sionismo se manifiesta por doquier viii

El poder de estos planificadores de la seguridad del sistema capitalista ha comenzado a agrietarse. Por primera vez en décadas sus órdenes no son acatadas en todo el mundo. El poder de China, dirigida por el PCCh, arropado en los BRICS y con el respaldo de gran parte del sur global defendiendo la multipolaridad le está quebrando los instrumentos para ejercer su poder. Esta debilidad se traslada al seno de la ciudadanía de los países imperialistas que atraviesan crisis sociales y políticas, viendo el resurgir de movimientos de extrema derecha al negarse a aceptar el devenir histórico de los acontecimientos. La inmensa mayoría de la humanidad ya no aceptamos este estado de cosas, y ellos ya no pueden seguir gobernando igual.

Cuidarnos alimentando la mutua empatía

Más de cincuenta conflictos bélicos están actualmente en marcha. Algunos como el exterminio del pueblo Rohingya en Birmania, la expulsión de millones de afganos de Pakistán, o la guerra fratricida en Sudán son crueles crímenes de guerra. En 2021 murieron de hambre, sed y falta de los más esenciales medicamentos 828 millones de personas. El genocidio del pueblo palestino es uno de ellos. Pero, igual que la guerra en Ucrania antes, es diferente por concentrar en él la bifurcación en este momento histórico del devenir de la humanidad. Si la guerra de Ucrania singularizaba la contradicción entre unilateralismo y multilateralismo resuelto ya a favor del segundo, el genocidio del pueblo palestino, diariamente retransmitido en cuasi directo por los medios de comunicación, singulariza la contradicción entre la “geopolítica de los intereses” y la “geopolítica de los valores y derechos humanos” que marcará el nuevo tiempo que emerge. En la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU exigiendo una pausa humanitaria se abstuvieron tres países con derecho a veto: EE UU, Gran Bretaña y Rusia. Porque Rusia tampoco se enfrenta directamente al Gobierno de Netanyahu. Frente al interés material e individual de cada estado-nación se levanta y moviliza la ciudadanía internacional con el “No en nuestro nombre” exigiendo un mínimo comportamiento ético forzando a sus respectivos gobiernos. El conocimiento se transforma en indignación, y esta en acción colectiva, en poder popular.

¿Por quién doblan las campanas en Palestina? Por nuestra humanidad. La reacción mundial y casi espontanea que hemos visto en la mayoría de países árabes, musulmanes, EE UU, RU, la UE, Australia, … tan sólo puede explicarse porque nos sentimos directamente atacados en lo más profundo de nuestro ser. Y así es. Porque tod@s somos Uno. El genocidio del pueblo palestino nos abre la puerta a la empatía con todas las víctimas de todas las guerras. Ninguna guerra es nuestra guerra. Es la de los que se enriquecen y ambicionan poder con ellas.

Responsabilizarnos del proceso de transformación que vivimos

Es nuestro tiempo y es nuestra humanidad. La humanidad que Es. Y somos responsable ante las generaciones que fueron y nos han permitido llegar hasta aquí, pero sobre todo ante las generaciones que vendrán. Sus condiciones de vida, si es que llegan a tenerla, depende de lo que hagamos o dejemos de hacer aquí y ahora. No importa si tenemos 15 o 70 años tod@s somos responsables y tenemos que actuar. Hacer todo lo posible que esté a nuestro alcance. Confiar en nosotr@s porque el Poder real es nuestro. La soberanía de la ciudadanía universal es nuestra. ¡¡Ejercémosla¡¡

Es un momento de máximo peligro. Sectores con influencia y poder dentro de las grandes corporaciones y el Pentágono se niegan a aceptar que ya no son los dueños del mundo en exclusiva y que dejarán de estar impunes sus crímenes. Netanyahu abre una crisis diplomática con España ix y Bélgica sólo porque consideramos inaceptable la matanza indiscriminada de civiles en Gaza, Jerusalén y Cisjordania. Sabe que si pierde la narrativa de victimización terminará acusado en el Tribunal Penal Internacional.

El genocidio en Palestina tiene muchas probabilidades de regionalizarse, e incluso, mundializarse. La tensión entre un modo de vida que agoniza y otro que pugna por emerger puede liberarse. Palestina puede ser el cráter de este volcán.

Las víctimas se convertirán en verdugo, y los verdugos nos convertiremos en víctimas ¿A quién reclamaremos justicia entonces?

Respetarnos en la diversidad

La soberanía es como la respiración, o respiras o mueres; la soberanía la ejerces o la pierdes. Y ejercer nuestra soberanía es respetarnos a nosotr@s mism@s. Este nuevo tiempo es el de la soberanía de la ciudadanía universal que recupera el equilibrio entre lo económico (fraternidad), lo social (igualdad) y lo político (libertad) como las tres dimensiones de una única realidad en el plano mundial. El tiempo de los nacionalismos radicales fue el S XIX, ya han dejado de tener sentido. El tiempo de las guerras de religión fue el S XVI, ya ningún Estado religioso tiene derecho a existir. Ni los países árabes, ni Israel, ni el Vaticano, aunque este no disponga de ejército ni intimide a nadie.

La humanidad es diversa en lenguas, razas, culturas y creencias. Y esta diversidad nos enriquece. Artificialmente es utilizada para dividirnos y enfrentarnos y poder seguir monopolizando el poder, la élite de ambiciosos. Sin embargo, es el diálogo entre esta gran diversidad y el respeto mutuo lo que liberará el gran potencial de creatividad e innovación que tenemos al actuar unidos.

Los valores de este sistema capitalista agonizante se han ido incrustando en cada una de las siete grandes civilizaciones que conforman la humanidad, adaptándose a las peculiaridades de cada una de ellas. Los valores del individualismo egoísta y avaricioso, la mercantilización de la vida y el ejercicio de la fuerza sobre los demás deberán ser transformados en cada una de ellas salvaguardando y respetando su singularidad. Frente al individualismo, el valor de pertenencia a la comunidad; frente a la mercantilización de la vida, la Vida misma como centro de todo; frente al autoritarismo y la violencia, la participación democrática y la plena realización como persona.

Gran movilización mundial por Justicia y Paz

En 2023 la humanidad ha tomado conciencia de sí misma y de su poder. Desde ahora y a lo largo de 2024 iniciará un nuevo comienzo, el cambio de paradigma, de objetivos, motivaciones y valores dominantes. La exigencia de las movilizaciones mundiales por justicia y respeto a la legislación internacional, para todos en términos de igualdad, ha conseguido desbloquear el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El ejercicio de nuestra soberanía como ciudadanía universal pondrá la Vida en el centro de todo nuestro quehacer. Y esta soberanía ha de expresarse en una gran movilización mundial por Justicia y Paz. El genocidio del pueblo palestino activa la indignación de toda la humanidad y la exigencia de equilibrio y armonía, de justicia y paz, que conseguirá desencadenar el inicio de la profunda transformación que este transcendental momento histórico que transitamos requiere.

Eric Fromm en “El arte de amar”x nos dice que amar es la suma de conocer, cuidar, responsabilizarte y respetar. Amarnos a nosotr@s mism@s así como a los demás. Somos parte de la Humanidad y portadores de su esencia. El Poder transformador del Amor se manifiesta conociéndonos, cuidándonos, responsabilizándonos y respetándonos a nosotr@s y a toda la Humanidad como Una.

Fernando Moreno Bernal
EBC Cádiz
26 de noviembre de 2023

 

i Meyssan, Thierry. La gran impostura. https://es.wikipedia.org/wiki/La_gran_impostura