Desencadenar la gran transformación avanzando el 23J hacia el bien común de la humanidad

La Humanidad ES. Yo soy Humanidad. Tod@s somos parte de ella y portadores de su esencia

Tras las elecciones locales y autónomas realizadas en el Reino de España el pasado 28 de mayo, los análisis se centran en la gran pérdida de poder institucional por el PSOE y la cuasi desaparición de Podemos, a causa de ir separadas las formaciones y partidos a la izquierda del PSOE, salvo las excepciones de Bildu en País Vasco, el propio PSOE en Cataluña, Canarias y Galicia en compañía con BNG. Un análisis miope y localista en mi opinión, en la medida en que no podemos obviar nuestra pertenencia a la Unión Europea y a un mundo neoliberal globalizado que se está fracturando y descomponiendo en una crisis multidimensional climática, económica, social, ideológica, militar y política.

La complejidad de nuestra realidad histórica, en pleno proceso del cambio más profundo que ha realizado la Humanidad en su devenir, obliga a observar la interrelación de las múltiples causas y sus efectos con una visión holística, mundial, contrabalanceada con la visión local. Tan sólo así podremos observar las cadenas que nos esclavizan a un pasado que se resiste a desaparecer, agravando y secuestrando el futuro y bienestar de nuestra juventud y de las generaciones futuras. Saber y la voluntad firme de actuar nos da el Poder para avanzar en esta gran transformación conscientes de a dónde nos dirigimos.

Lo global y local están interrelacionado, así como cada dimensión de la crisis con todas las demás dimensiones. El exponencial desarrollo científico-técnico con el Big Data, Inteligencia artificial y ordenadores cuánticos exigen su correspondiente desarrollo en valores éticos mundialmente compartidos, y un nuevo marco político que construya el imaginario social que ilusione, haciéndonos avanzar en la construcción de la necesaria y urgente respuesta a los retos planetarios que afrontamos. Avanzar hacia el Bien Común de la Humanidad construyendo los cimientos de un Gobierno Mundial democrático, legítimo y transparente. Esta necesidad se viene manifestando por grandes líderes mundiales desde la crisis financiera de 2008. François Houtart (1925-2017) pedía la Declaración universal del Bien Común de la Humanidadi, presentada en la ONU el 28 de febrero de 2010ii por el que fuera presidente de su Asamblea General en 2009 Miguel D´Escotoiii junto al teólogo Leonardo Boff. Xi Jinping en noviembre de 2012 lanza el concepto de Comunidad de futuro compartido para la Humanidadiv, un hogar compartido por y para toda la humanidad, en el 18º Congreso del Partido Comunista Chino, llevándolo a la 70º Asamblea de la ONU el 28 de septiembre de 2015. En la misma línea el Papa Francisco publica el 3 de octubre de 2020 la encíclica “Fratelli tutti”v, todos hermanos. Las diferentes Conferencias de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP)vi nos vienen alertando y alarmando del problema global al que nos enfrentamos. Así mismo con la desigualdad, pobreza y hambrunas, deudavii y sistemas financieros globales en procesos disruptivos de sustituciónviii. Como dice Yayo Herreroix necesitamos una utopía alcanzable y, añado, necesaria y urgente.

Esta necesidad se percibe de forma diferente según el país donde se viva. Desde la “comunidad occidental”: EE UU, Gran Bretaña, UE, Japón, Canadá, Israel y Australia, que representamos poco más del 13% de la población mundial, grandes beneficiarios del sistema que ha generado los graves desequilibrios, se perciben con temor y sentimiento de pérdida. Ante la falta de ese necesario horizonte de esperanza se cae en el negacionismo del cambio climático, de la violencia de género, de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en el atrincheramiento en falsos valores civilizatorios occidentales frente al resto del mundo, al que se ve como el enemigo que quiere acabar con nosotros. Es este miedo visceral, difundido y ampliado por el oligárquico sistema de información y comunicación de masas, el que hace aflorar las guerras, la militarización en los presupuestos nacionales y el apoyo electoral a opciones políticas de extrema derecha, arrastrando a los partidos tradicionales de derecha hacia la radicalización. Susan George ya nos alertaba en 2013 que “ahora van a por la democracia”x. Frente al fuerte liderazgo de Xi Jinping en China y de Putin en Rusia, a pesar de la asonada de Yevgeny Prigozhin, observamos las divisiones internas de EE UU, la debilidad interna del gobierno en Gran Bretaña y la carencia de fuertes liderazgos en la UE. Y dentro de esta última vemos emerger la extrema derecha desde Finlandia hasta Italia pasando por Polonia, Hungría, Francia, España, … Mientras, el resto del mundo se alinea en torno a China y Rusiaxi que encabezan el mundo multipolar emergente, anclado en la economía productiva, frente el agonizante mundo unipolar basado en la especulación y las burbujas financieras.

¿Qué podemos hacer desde España? Verdad, Valor y Lealtad.

VERDAD

En este tiempo de profundos cambios la incertidumbre nos agobia. El miedo tan sólo puede ser contrarrestado con información veraz, consciencia de la dirección del camino que recorremos y la meta final que debemos y tenemos que alcanzar. Ser conscientes de los riesgos y de los retos que enfrentamos en este devenir compartido por toda la humanidad.

Primera cadena a romper. Sólo la ciencia, respetando el método científico, nos alumbra la verdad. Hay que recuperar la esencia del materialismo dialéctico que es el eje de abajo-arriba, para poder conseguir la transversalidad y el apoyo de más del 80% de la ciudadanía. La óptica del Bien Común es la forma de hacerlo. Todos los textos clásicos del materialismo dialéctico o histórico, ya que la dialéctica habla de procesos en el tiempo, tienen este eje. Se sustituyó con el pacto político/social posterior a la II Guerra Mundial en Europa en el que se estableció el Estado del Bienestar a cambio de la renuncia a la teoría marxista del Estado por la socialdemocracia europea. Renuncia que se desarrolló paulatinamente durante la década de los cincuenta y se institucionalizó en el Congreso de la socialdemocracia alemana de Bad Godesberg en noviembre de 1959xii comenzándose a utilizar el eje izquierda-derecha, donde las oligarquías trasladan las contradicciones económicas y sociales de las formaciones sociales al terreno de la identidad ideológica en un plano de igualdad. Este revisionismo y renuncia de la teoría del Estado del marxismo fue exigida a los partidos comunistas europeos, que en la década de los sesenta la terminaron aceptando bajo la denominación de eurocomunismo. De nada les sirvió. Cuando tenían opciones de entrar en los gobiernos en Italia y Francia la OTAN, aparato de estado coercitivo del capitalismo mundial, a través de la operación Gladioxiii, secuestró y asesinó a Aldo Moro para impedir la entrada del PCI en el gobierno italiano; y es posible que asesinara, simulando un suicidio, a Nicos Poulantzasxiv, nunca se ha investigado, para impedir el acceso de los comunistas al gobierno francés. Es la extrema derecha quién recupera este eje de abajo-arriba para conseguir el apoyo electoral de sectores sociales perdedores frente a las “élites europeas y políticos conspiradores” en un entramado de mentiras, medias verdades y manipulación.

Segunda cadena a romper. Curiosamente, a partir de la década de los ochenta las corporaciones transnacionales rompen el pacto social socavando las bases del Estado del Bienestar y la democracia liberal con la financiarización de la economía, la deslocalización y externalización de los procesos productivos, atacando con fiereza a sindicatos y pensadores críticos, mientras que el conjunto de las fuerzas progresistas se convierte en las defensoras de esta democracia liberal incompleta e imperfecta. Es el estallido del 15M quién pone en cuestión esta democracia “que no es” consiguiendo un respaldo popular de más del 80% de la ciudadanía española, El intento de universalizar esta democracia liberal, manipulada y vaciada de contenido, que apenas practican una treintena de países en el mundo, se ha convertido en una traba para la necesaria unificación de la humanidad. Hoy es más urgente que nunca desarrollar una teoría del estado y de la transición para la verdadera democracia participativa. La única forma de hacerlo es respetando el método científico. Como dice Carlos Tuya en “Marx desencadenado”xv, el materialismo dialéctico, para mantenerse vivo como ciencia, tiene que tener un abierto diálogo continuo con el resto de las ciencias. Hay que acudir a las fuentes para aplicar su esencia a las condiciones actuales en este proceso de profunda transformación, que acompañe y clarifique la demanda de ciudadanía universal surgida en Latinoamérica, los derechos de la naturaleza que se imponen, y a la comunidad de futuro compartido del PCCh. El mundo gira y la humanidad se mueve mientras los eruditos discuten. Algo parecido a lo que hizo Hugo Chávez en Venezuela, mientras que el Foro de Sao Paulo lo estigmatizaba y dictaminaba que no respetaba los cánones, pero para toda la humanidad.

Tercera cadena a romper. La salida real y definitiva a la crisis multidimensional existe, es posible y está todavía al alcance de nuestras posibilidades, pero necesariamente ha de encaminarse hacia el postcapitalismo, término amplio donde cabemos todos los que queremos que las sociedades continúen avanzando. No decir esto sería faltar a la Verdad. La transformación que tenemos por delante es la mayor transformación política, social y ética que haya vivido la humanidad en su historia, crear una nueva cultura para la gran familia humana y unos nuevos mecanismos de seguridad y supervivencia que garanticen la continuidad de la Vida y nos proporcionen instrumentos de gestión de los cambios sociales salvaguardando la dignidad, justicia social y derechos de la naturaleza mientras profundizamos en más y mejor democracia. Y esto es incompatible con seguir manteniendo las formas de producir, consumir y distribuir del modo de producción capitalista.

VALOR

Estas verdades exigen mucho valor para actuar en coherencia con ellas.

Cuarta cadena a romper. La lucha por la Paz es urgente e irrenunciable. El Bien Común de la Humanidad tiene como pilar fundamental la Paz. Los riesgos se acrecientan en los periodos de transiciones hegemónicas como el que estamos viviendo. El poder militar es la última baza que queda a los defensores de la unipolaridad, del hegemón imperialista en declive, frente a la multipolaridad emergente, ya una realidad, acrecentando los riesgos del cambio climático, a la vida, al empleo, a la economía y a la democracia. Como integrante de la OTAN y la UE han metido a España en el apoyo financiero y militar a Ucrania frente a Rusia, en una guerra provocada y buscada con el objeto de debilitar y dividir a los actores principales de esta multipolaridad. En este proceso se acallan todas las voces discordantes o críticasxvi en esta limitada democracia militarizada. El clamor por la Paz, como denuncia a aquellos que por mantener privilegios secuestran y ponen en peligro a toda la humanidad, es irrenunciable. Esta defensa y clamor por la Paz no debe ser un obstáculo infranqueable para forjar alianzas electorales necesarias para seguir avanzando, mientras se desarrolla la concienciación social.

Quinta cadena a romper. España pertenece a la Unión Europea (UE) y a ella le atan los tratados firmados. Tratados de contenido neoliberal aprobados con artimañas varias, ya que los procesos realizados mediante referéndum nacionales fracasaron. Estos Tratados han sido derogados en la práctica tras la aparición de la pandemia del covid19 y la guerra en Ucrania. Pero siguen estando vigentes, llevando a la UE de una crisis existencial a otra. La mayoría del pueblo español somos europeístas, pero queremos más y mejor Europa; la Europa económica, social y política que nos prometieron. Al limitarla a la Unión monetaria, paralizando la social y política, la ciudadanía europea tenemos un gran malestar y la sensación de haber sido estafados. De este malestar se está alimentando la extrema derecha europea. Democratizar las estructuras europeas liberándola de la ideología neoliberal. Apoyando iniciativas como la de Yanis Varoufakisxvii a la vez que movilizamos a la sociedad por ello, recuperando la conexión con la ciudadanía en esta cuestión. Esta línea de actuación debe ser un eje fundamental de la política exterior en un hipotético gobierno de coalición, buscando forjar alianzas con otros países europeos.

Sexta cadena a romper. El 15M reclamaba transparencia y participación frente a la falsa democracia. Surgieron los denominados círculos del 15M. En su esencia eran órganos emergentes de democracia directa, como ha ocurrido en toda movilización masiva del movimiento obrero. Incompatible con un sistema oligárquico en lo social como es el capitalismo. Ni la transparencia, ni la participación social, ni una verdadera democracia pueden desarrollarse en este sistema agonizante. Cuando Podemos intenta convertirlos en la estructura de base de su nuevo partido se equivocó acabando con ellos. Los dejo estériles ya que su esencia era otra. Liberar la democracia participativa y directa allá donde surjan como germen del nuevo tipo de Estado. Hay que aspirar a representar al 99% de la ciudadanía, y para ello debemos abrir los cauces que permitan esta participación. La evolución de las tecnologías de la información y el conocimiento lo permiten; y la ciudadanía ya estamos habituados a utilizarla. El centralismo en los partidos políticos era necesario en una democracia liberal en otro tiempo y otra sociedad, así como la democracia representativa con elecciones cada cuatro o cinco años. El instrumento que necesitamos para la ciudadanía del S XXI es otro distinto, como distinta es y será la democracia participativa y directa.

LEALTAD

Verdad basada en un conocimiento riguroso y científico. Valor para actuar de forma coherente con estas verdades emanadas de una ciudadanía liberada y empoderada para ejercer su soberanía. Lealtad con esta ciudadanía soberana, con el proyecto de ella emanado y con los compromisos y alianzas necesarias para consolidar estos cauces democráticos que den durabilidad a este Poder soberano.

Séptima cadena a romper. La lealtad siempre es con la ciudadanía, con el Bien Común de la inmensa mayoría. Actualmente esta lealtad con la ciudadanía está prohibida y perseguida, como se encargaron de demostrar con hechos desde Bruselas con la Grecia de SYRIZA en plena crisis financiera; o ahora con Jürgen Habermas buscando un cauce para la paz en Ucrania. ¿Qué cadena nos impide actuar con lealtad al Bien Común de la mayoría de la ciudadanía? Una ideología neoliberal que ha sido hegemónica, una institucionalidad de ella emanada, y un sistema económico al servicio de una élite oligárquica cada vez más reducida. Estas cadenas nos dividen y enfrenta al resto de la humanidad conformándose dos bloques: los defensores de sus privilegios a costa del resto, el 1%, y los que luchamos por un nuevo modelo más equitativo e igualitario, donde los privilegios de las corporaciones transnacionales occidentales desaparezcan, el 99%. Y existe el riesgo de que sean sustituidas por los privilegios de las corporaciones de oriente. La única forma de conjurar esta amenaza es haciendo emerger el nuevo Poder soberano de la ciudadanía universal garante del Bien Común de la Humanidad. No es posible el bien común separados por Estados/naciones. O buscamos el bienestar y la felicidad de tod@s o nadie la tendrá. ¿Una utopía? Claro que hoy es una utopía, pero alcanzable, urgente y necesaria. Caminemos hacia ella.

Octava cadena a romper. ¿Quién dice lo que es el Bien Común de la mayoría? La propia ciudadanía de cada lugar y tiempo específico. Por ello es fundamental crear cauces de participación incentivando que esta sea cada vez mayor. El proceso de escucha iniciado por Yolanda Díaz para elaborar el programa de SUMAR es un modelo a seguir, dejando claro que hablamos de cauces de participación permanentes, no sólo para la elaboración de un programa político para unas elecciones. El Programa electoral, se debe enmarcar dentro de la lucha por las ideas. Independientemente del resultado electoral que se consiga el programa lleva a toda la sociedad la visión de los problemas que padecemos y sus causas; cuales son los objetivos que nos marcamos y el porqué de ellos; quienes, y cuáles son los obstáculos que hay por superar, y que intereses defienden quienes los levantan. Es y debe ser una verdadera lucha de ideas, y nuestra respuesta programática tiene que ser radical, es decir, ir a la raíz misma de los temas. Que tenga coherencia interna también es importante, y más difícil de conseguir dado el nivel de conciencia dispar existente con las incertidumbres y vértigo que transitamos, y la forma de elaborar basado en compartimentos estancos. Pero sea el que sea que emane, y sean las que sean las imperfecciones que tenga hay que ser leal con el programa emanado de abajo hacia arriba. Sean las circunstancias que sean. Antes de traicionarlo se convocan nuevas elecciones, o se consulta mediante referendo a la totalidad de la ciudadanía. Y hay que respetar el resultado, no lo que hizo SYRIZA en Grecia, o José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, que nos llevó al enorme retroceso económico y social con amarre legislativo y leyes orgánicas del gobierno de M. Rajoy. Lo que está en juego en circunstancias similares es la confianza, la solidaridad y la unidad de la ciudadanía; es decir, la esencia de la soberanía popular.

Una vez se hayan celebrado las elecciones políticas y en función de su resultado se tendrá que elaborar el Programa de Gobierno que marcará los objetivos a conseguir durante la legislatura en función del apoyo social y parlamentario conseguido y de los compromisos acordados para ello, manteniendo la coherencia con el programa electoral. Este programa de gobierno puede acotar los objetivos a conseguir durante los cuatro años de legislatura. Estos acuerdos y pactos, de haberlos, deben ser completamente transparentes.

Novena cadena a romper. El primer gobierno de coalición en España tras la reinstauración de la democracia en 1978 ha demostrado que el pensamiento económico neoliberal no tiene nada de ciencia, que es pura ideología; que se puede ilusionar a la ciudadanía creando cauces de participación; transformar a través del BOE las condiciones de vida de la juventud y clase trabajadora ancladas en la pobreza y precariedad por décadas; que se puede llegar a imponer en el seno de la UE otras perspectivas y políticas más justas para el conjunto de la ciudadanía europea, arrinconando las posiciones de las grandes corporaciones energéticas y de los países acreedores alemanes, holandeses y daneses; y que se pueden ampliar derechos en el seno de esta democracia imperfecta. También hemos observados los desencuentros generados por la guerra en Ucrania, nuestra pertenencia a la OTAN, el Sahara y la división del movimiento feminista. Un balance, en mi opinión, más positivo que negativo del que debemos sacar conclusiones:

  1. Participar en un gobierno de progreso en coalición es bueno para la ciudadanía

  2. En este hipotético gobierno habrá conflicto en temas puntuales

  3. Estos conflictos y discrepancias serán magnificados para implosionarlo

  4. Se deberá actuar con inteligencia, con diálogo y negociando internamente

  5. Hay que ser leal con los compromisos adquiridos al constituirlo

El enfrentamiento entre Carmena y Carlos Sánchez Mato terminó regalando al PP el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Algo falló. En el gobierno de coalición se pudo percibir discrepancias entre integrantes de Unidas-podemos que terminan con la pérdida de poder institucional en la elecciones municipales y autonómicas del 28M, y el adelanto electoral de las generales. Los errores los pagamos la ciudadanía con dolor, sufrimiento y, a veces, con muerte, como ha ocurrido con las personas mayores de las residencias de Madrid a las que se le negó el derecho a la sanidad. Los que vivimos en la costa sabemos que cuando hay tormenta necesitamos llegar a puerto para resguardarnos y, para ello, hay que virar en muchas direcciones distintas sorteando el oleaje para no naufragar, manteniendo fija la mirada en el destino final. La soberbia ciega a las personas para ver el camino correcto, y la vanidad nos desvía de él. Hay que respetar a la ciudadanía y a votantes por encima de egos personales.

23J hacia el Bien Común de la Humanidad

La ciudadanía, sobre todo la juventud, necesitamos un horizonte por el que luchar. Necesitamos visualizar la bondad y la razón de nuestra lucha. Tenemos miedo a lo incierto, pero más aún a la desorientación. Somos como la parturienta con los dolores del parto que necesita de la voz experta de la matrona que, con humanidad, le informe de qué le está ocurriendo, cómo será el proceso y cómo será el final feliz. Y, como la parturienta, es la ciudadanía la única protagonista, quien dará a luz una nueva sociedad con nuevos valores.

Esa visión no es otra que la del Himno de la alegría e Imagine, un mundo unido donde tod@s seamos hermanos. Necesitamos conocer nuestros retos y nuestros riesgos para enfrentarnos a ellos y superarlos. La humanidad responderá, sobre todo la humanidad que ES, la que tiene entre 18 y 48 años que no tiene nada que perder.

El próximo 23J en España tenemos la oportunidad de lanzar este necesario mensaje de esperanza que será oído en todo el mundo, haciéndolo avanzar hacia el Bien Común de la Humanidad.

Fernando Moreno Bernal
EBC Cádiz
Cádiz, a 26 de junio de 2023

i Houtart, François. “Por una declaración Universal del Bien Común de la Humanidad”. www.rebelion.org 24.04.2009 http://rebelion.org/noticia.php?id=84316

x Susan George “Van a por la democracia” https://rebelion.org/susan-george-van-a-por-la-democracia/

xi Mensaje de Putin a occidente 21.06.2023 https://www.youtube.com/watch?v=zrkRFl1nQqA

xv Tuya, Carlos. Marx desencadenado. Una reformulación del marxismo desde la experiencia histórica y el avance científico. Amazon 2017 https://www.amazon.es/Marx-desencadenado-Carlos-Tuya-ebook/dp/B07MNSRZ7H