Poder disruptor de la Inteligencia Artificial y valores de la Economía del Bien Común

Quizá el peor pecado de la ciencia ficción actual es que tiende a confundir inteligencia con conciencia. Como resultado, se preocupa en demasía por una guerra potencial entre robots y humanos, cuando en realidad lo que hay que temer es un conflicto entre una pequeña élite de superhumanos empoderada por algoritmos y una enorme subclase de Homo Sapiens despoderados.

Yuval Noah Harari “Homus Deus”

Introducción

La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías más disruptivas e innovadoras de nuestro tiempo, que está cambiando la forma en que producimos, consumimos, comunicamos, aprendemos y vivimos. La IA se define como la capacidad de las máquinas o los sistemas de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el razonamiento, el aprendizaje, la percepción, la comunicación o la toma de decisiones. La IA se basa en el procesamiento masivo de datos, el uso de algoritmos complejos y el aprendizaje automático, que es la capacidad de las máquinas de aprender de los datos y mejorar su rendimiento sin intervención humana.

La IA tiene un impacto global, que afecta a todos los sectores y ámbitos de la actividad humana, desde la agricultura, la energía y la construcción, hasta la salud, la educación y la cultura. Esta tecnología ofrece enormes oportunidades para mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos económicos, generar nuevos productos y servicios, resolver problemas globales, como el cambio climático, la pobreza o la salud, y crear nuevas formas de expresión y creatividad. Según un estudio del McKinsey Global Institute, la IA podría aportar unos 13 billones de dólares al PIB mundial para 2030, lo que supone un incremento del 1,2% anual.

Sin embargo, la IA también plantea importantes desafíos y riesgos para la economía y la sociedad, que deben ser abordados con urgencia. La IA puede aumentar la desigualdad, la exclusión y la discriminación, si no se garantiza un acceso equitativo a la tecnología, a la educación y a las oportunidades. La IA puede amenazar la privacidad, la seguridad y la soberanía de los datos, si no se protegen los derechos de las personas y se evita el uso indebido y las aplicaciones nocivas de la tecnología. La IA puede socavar la autonomía, la creatividad y la dignidad de los seres humanos, si no se respeta el principio de centrar la IA en el ser humano, y se reconoce el valor intrínseco de cada persona. Finalmente, algo de lo que se habla menos, pero quizá sea de lo más importante, es la ingente cantidad de recursos energéticos que necesita la IA para su desarrollo.

Por todo ello, es necesario que la IA se rija por principios éticos y legales que estén alineados con el bien común, entendiendo este como el conjunto de condiciones que garantizan el desarrollo integral de todas las personas, respetando su dignidad, sus derechos y el medio ambiente. La Economía del Bien Común (EBC) es un movimiento internacional que propone una alternativa holística concreta al modelo socio-económico vigente en el mundo, y donde las empresas y las organizaciones no solo busquen maximizar sus beneficios, sino que también contribuyan al bienestar de la sociedad y del planeta, teniendo en cuenta los impactos sociales y ambientales de sus actividades. La EBC se basa en valores como la cooperación, la solidaridad, la democracia, la transparencia y la sostenibilidad, que son los que hacen prosperar las relaciones humanas y están reconocidos en todas las constituciones democráticas.

La tesis de este artículo es que la IA puede ser una herramienta poderosa para impulsar la EBC, siempre que se desarrolle y se aplique de forma responsable, ética y humana. Para ello, se presentan ejemplos concretos de cómo la IA puede mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos económicos, medioambientales y sociales, reduciendo el consumo de recursos, generando menos residuos y mitigando el impacto ambiental. Se examinan los riesgos y dificultades que la IA plantea para la EBC, como el aumento de la desigualdad, la exclusión y la discriminación, la amenaza a la privacidad, la seguridad y la soberanía de los datos, o la pérdida de autonomía, creatividad y dignidad de los seres humanos. Se exploran las políticas y estrategias que se están implementando a nivel nacional e internacional para orientar la IA hacia el bien común, basadas en principios éticos y legales, procesos de evaluación y auditoría, mecanismos de participación e inclusión, y marcos de cooperación y gobernanza. Se concluye con una llamada a la acción para que los desarrolladores, usuarios y reguladores de la IA trabajen conjuntamente por el bien común, y para hacer de la tecnología una aliada de la humanidad.

Herramientas según la EBC

La IA puede ayudar a mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos económicos, reduciendo el consumo de recursos, generando menos residuos y mitigando el impacto ambiental. La IA puede ayudar a las organizaciones a automatizar tareas, optimizar procesos y mejorar la toma de decisiones, lo que conduce a una mayor sostenibilidad. Junto con lo anterior, a través de la IA las empresas también pueden mejorar el bienestar social de sus empleados, de sus clientes y de sus comunidades, creando sistemas de aprendizaje adaptados a las necesidades individuales y colectivas, desarrollando nuevos tratamientos y diagnósticos médicos, o combatiendo la pesca ilegal y la trata de personas, entre otros ejemplos.

A continuación, se presentan algunos ejemplos específicos de aplicaciones de la IA en línea con la EBC, basados en el artículo «5 ways AI is doing good in the world right now»:

En la agricultura, la IA se está utilizando para desarrollar nuevas tecnologías que ayudan a los agricultores a ser más eficientes y sostenibles, mediante el desarrollo de sistemas de riego más inteligentes y un control de plagas con menor impacto ambiental. Por ejemplo, utilizando sensores, imágenes satelitales y algoritmos de IA para monitorizar las condiciones del suelo y el clima, y ajustar el riego y la fertilización de forma óptima, ahorrando agua y energía, y aumentando los rendimientos.
En el área energética, la IA se está utilizando para desarrollar nuevas tecnologías en energías renovables, optimizar la producción de energía solar y eólica, o para desarrollar nuevas tecnologías de almacenamiento de energía. Por ejemplo, la empresa alemana Sonnen utiliza la IA para conectar miles de baterías domésticas que almacenan energía solar, creando una red inteligente que puede equilibrar la oferta y la demanda de electricidad, y reducir los costes y las emisiones de carbono.
En la construcción, la IA está diseñando edificios más eficientes energéticamente, analizando las variables climáticas y el uso previsto de un edificio para diseñarlo de manera que minimice su consumo de energía. Por ejemplo, la empresa estadounidense Autodesk utiliza la IA para generar diseños óptimos de edificios, que pueden ahorrar hasta un 30% de energía y materiales, y mejorar el confort y la salud de los ocupantes.
En la salud, la IA se está usando para desarrollar nuevos tratamientos y diagnósticos, mediante modelos de aprendizaje automático que puedan diagnosticar enfermedades con mayor precisión, o para desarrollar nuevos tratamientos personalizados. Por ejemplo, la empresa británica BenevolentAI utiliza la IA para acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos, analizando millones de datos científicos y biomédicos, y proponiendo soluciones potenciales para enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el cáncer.
En la educación, la IA está ayudando a crear sistemas de aprendizaje que se adapten a las necesidades individuales de los estudiantes, mediante el uso de plataformas de aprendizaje adaptativo, tutoriales inteligentes o juegos educativos. Por ejemplo, la empresa china Squirrel AI utiliza la IA para personalizar el currículo y el ritmo de aprendizaje de cada estudiante, ofreciendo retroalimentación y orientación en tiempo real, y mejorando los resultados académicos.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la IA puede contribuir al bien común, mejorando la eficiencia, la sostenibilidad y el bienestar social de las empresas y las organizaciones. Sin embargo, la IA también plantea importantes desafíos y riesgos, que deben ser abordados con urgencia.

Desafíos de la EBC ante la IA

Algunos de los posibles impactos negativos de la IA son los siguientes:

Aumento de las desigualdades: La IA puede amplificar sesgos y discriminaciones entre los que tienen acceso a la tecnología y los que no, entre los que tienen las habilidades y los conocimientos necesarios para aprovecharla y los que no, y entre los que se benefician de sus aplicaciones y los que se ven perjudicados por ellas. La IA puede afectar al mercado laboral, sustituyendo o complementando el trabajo humano, lo que puede tener consecuencias sobre el empleo, los ingresos y la distribución de la riqueza. La IA también puede generar sesgos y discriminación, si los algoritmos y los datos que los alimentan reflejan prejuicios o estereotipos existentes en la sociedad, o si no se garantiza la diversidad y la representación de todos los grupos sociales en el desarrollo y el uso de la IA.
Amenazas a la privacidad, la seguridad y la soberanía de los datos: La IA depende de la recolección, el procesamiento y el análisis de grandes cantidades de datos, que pueden contener información sensible o personal de las personas. Si no se protegen adecuadamente los derechos de las personas sobre sus datos, se puede vulnerar su privacidad, su identidad y su autonomía. Además, si no se asegura la calidad, la integridad y la procedencia de los datos, se puede comprometer la seguridad y la fiabilidad de los sistemas de IA, y generar errores, fraudes o manipulaciones. Asimismo, si no se regula el acceso y el uso de los datos, se puede afectar la soberanía y el control de los países y las regiones sobre sus recursos digitales, y favorecer la concentración y el dominio de unos pocos actores.
Pérdida de autonomía, creatividad y dignidad de los seres humanos: La IA puede influir en el comportamiento, las opiniones y las decisiones de las personas, si no se respeta el principio de centrar la IA en el ser humano, y se reconoce el valor intrínseco de cada persona. La IA puede limitar la autonomía y la libertad de las personas, si no se garantiza su consentimiento informado, su comprensión y su participación en el uso de la IA. La IA puede reducir la creatividad y la innovación de las personas, si no se fomenta su capacidad de aprender, de expresarse y de colaborar con la IA. Por último, la IA puede menoscabar la dignidad y los derechos de las personas, si no se asegura el respeto a los principios éticos y legales, y se evita el daño o el sufrimiento causado por la IA.

Ante estos desafíos y riesgos, es necesario garantizar un acceso equitativo a la tecnología, a la educación y a las oportunidades para todos los países y todas las personas. Según el informe de la UNCTAD, los países en desarrollo se enfrentan a una serie de obstáculos para aprovechar el potencial de la IA, como la falta de infraestructura digital, de personal cualificado, de inversión, de innovación, de marcos regulatorios y de cooperación internacional. El informe propone una serie de recomendaciones para superar estas barreras, como mejorar la conectividad, el acceso y la asequibilidad de la tecnología, desarrollar las capacidades y las competencias digitales, fomentar la investigación y el desarrollo, crear ecosistemas de innovación, establecer normas y estándares éticos y legales, y fortalecer la colaboración y el diálogo entre los actores públicos y privados, nacionales e internacionales.

Estrategias y políticas globales

Para orientar la IA hacia el bien común, es necesario adoptar estrategias y políticas globales que promuevan el desarrollo y el uso responsable, ético y humanizado de la IA. Algunos ejemplos de estas estrategias y políticas son los siguientes:

El enfoque de Alemania: Alemania ha adoptado una estrategia nacional de IA que se basa en un enfoque holístico, inclusivo y centrado en el ser humano, que busca maximizar el potencial de la IA para la economía y la sociedad, garantizando al mismo tiempo su responsabilidad y confianza. La estrategia se articula en torno a tres objetivos: asegurar la competitividad y el liderazgo de Alemania y Europa en el desarrollo y la aplicación de la IA, garantizar que el uso y el desarrollo de la IA sean responsables y orientados al bien común, e integrar la IA ética, legal, cultural e institucionalmente a través de un amplio diálogo social y un esfuerzo político activo. La estrategia se implementa mediante una serie de medidas que abarcan desde el fomento de la investigación y la innovación, el desarrollo de las capacidades y las competencias, el apoyo a las empresas y las organizaciones, la protección de los derechos y los valores, hasta la cooperación y la gobernanza a nivel nacional, europeo e internacional.
Las recomendaciones del artículo «AI Will Transform the Global Economy. Let’s Make Sure It Benefits Humanity«: Este artículo analiza el impacto de la IA sobre el mercado laboral, la productividad y la desigualdad, y propone una serie de políticas para aprovechar las oportunidades y mitigar los riesgos de la IA para el bienestar humano. Entre estas políticas se encuentran: invertir en la educación y la formación para mejorar las habilidades digitales y adaptarse a los cambios en el trabajo, apoyar la transición y la protección social de los trabajadores afectados por la automatización, promover la inclusión y la diversidad en el desarrollo y el uso de la IA, regular el acceso y el uso de los datos para proteger la privacidad y la seguridad, establecer principios y normas éticas y legales para garantizar la calidad, la transparencia y la rendición de cuentas de la IA, y fomentar la innovación y la competencia para estimular el crecimiento y la productividad.
La gobernanza global de la IA: La IA es una tecnología global, que trasciende las fronteras y los sectores, y que requiere de una coordinación y una cooperación internacionales para asegurar su desarrollo y su aplicación armoniosos y equitativos. Existen diversas iniciativas y organizaciones que buscan establecer un marco de gobernanza global de la IA, que promueva el diálogo y la armonización de las normas y los estándares, que facilite el intercambio de conocimientos y de buenas prácticas, y que impulse la colaboración y la solidaridad entre los países y las regiones. Algunos ejemplos de estas iniciativas y organizaciones son: la Red de Políticas de IA de la OCDE, que reúne a más de 40 países para compartir y aplicar los principios de la OCDE sobre la IA, que se basan en los valores de la democracia, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos; el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre la IA de la Unión Europea, que ha elaborado unas directrices éticas para una IA fiable, que se fundamentan en el respeto a la dignidad humana, la justicia, la no discriminación, la democracia y el estado de derecho; la Asociación para el Desarrollo de la IA, que es una organización sin ánimo de lucro que reúne a más de 100 empresas y organizaciones de todo el mundo para promover el desarrollo y el uso de la IA para el beneficio social y ambiental, y para abordar los desafíos y las oportunidades de la IA.

Conclusión y llamada a la acción

La IA es una oportunidad única para avanzar hacia una economía y una sociedad más justas, más humanas y más sostenibles. Pero también es una responsabilidad compartida, que requiere de una visión ética y de un compromiso colectivo. La EBC nos ofrece una guía y una inspiración para orientar la IA hacia el bien común, y para hacer de la tecnología una aliada de la humanidad.

Para lograr este objetivo, es necesario que los desarrolladores, los usuarios y los reguladores de la IA trabajen conjuntamente, siguiendo los principios y las normas éticas y legales, los procesos de evaluación y auditoría, los mecanismos de participación e inclusión, y los marcos de cooperación y gobernanza que se han propuesto en este artículo. Es necesario que la IA se someta a un escrutinio y una supervisión constantes, que se evalúen sus impactos y sus consecuencias, y que se corrijan sus errores y sus fallos. Es necesario que la IA se desarrolle y se aplique de forma participativa e inclusiva, involucrando a todos los actores relevantes, desde los creadores y los usuarios, hasta los reguladores y los afectados. Es necesario que la IA se integre en un marco de cooperación y gobernanza global, que promueva el diálogo y la armonización de las normas y los estándares, y que impulse la colaboración y la solidaridad entre los países y las regiones. Sin olvidarnos que además de todos los compromisos éticos, es imprescindible medir la huella ecológica de la IA y asegurar que se mantenga por debajo del umbral sostenible, aunque esto signifique que no pueda haber un desarrollo tan exponencial como el que algunos creen.

En un solo artículo es imposible hacer un desarrollo de las aportaciones que los valores de la EBC pueden tener en una IA que dé respuesta a las necesidades sociales, por lo que este artículo es el comienzo de una serie de artículos que desarrollaremos sobre aspectos fundamentales de los valores de la EBC, que deben afectar de forma positiva a la evolución de la IA, como: Desigualdad, Fiscalidad, Gobernanza, Sostenibilidad energética, etc.

Si consideras apoyar este artículo, a continuación te facilitamos dos formas de hacerlo, enviando el artículo a los poderes públicos del Gobierno de España y de la UE, mediante la red social X (antes Twitter) y por email, mediante una plantilla que solo debes de validad:

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Este artículo, inicialmente, ha sido confeccionado por Rubén Martín con el apoyo de herramientas generativas de IA.

 

Participaciones EBC:

Juan Manuel Martín Martín, EBC-Valladolid
Fernando Moreno Bernal, EBC-Cádiz
Tomás García Álvarez, EBC-Asturias
Andrés Moya Velázquez, EBC-Madrid
José Luis Sánchez Martín, alcalde Miranda de Azán
David Hervás Sanz, EBC-Jaen

 

Apoyos

Luis Aviles Llistó, EBC-Madrid
Alberto Llucian, EBC-Valencia
José Luis Meri, EBC-Valencia
Inma Martínez, EBC-Jaen
Carmen Lobato (Canarias)
Sonia Distel, EBC-Sevilla
Carlos López Monllor, EBC-Madrid

 

Fuentes:

https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2024/01/14/ai-will-transform-the-global-economy-lets-make-sure-it-benefits-humanity

https://www.diarioconcepcion.cl/opinion/2024/01/19/inteligencia-artificial-y-su-aporte-a-la-economia-del-bien-comun.html

https://www.weforum.org/agenda/2021/07/ai-artificial-intelligence-doing-good-in-world/

https://unctad.org/es/news/en-una-economia-digital-impulsada-por-la-inteligencia-artificial-como-pueden-seguir-el-ritmo

https://oecd.ai/en/wonk/germany-takes-an-inclusive-and-evidence-based-approach-for-capacity-building-and-a-human-centred-use-of-ai

Imagen de <a href=»https://www.freepik.es/foto-gratis/vista-robot-junto-al-empresario-humano_76545285.htm»>Freepik</a

https://www.newtral.es/el-impacto-climatico-de-la-ia-y-su-huella-ecologica/20230906/