Lucha de clases y Bien Común aquí y ahora

La lucha de clases sigue existiendo y es
la mía, la de los ricos, la que va ganando”
Warren Buffett (2011)

La lucha de clases existei. El origen del concepto está en Nicolas Maquiaveloii, el fisiócrata François Quesnay (1758) y economistas clásicosiii. Marx y Engels toman de ellos el concepto y sobre él desarrollan su teoría de la transformación hacia una sociedad socialista, antesala de la sociedad comunista. La propia palabra “comunista” tiene su raíz en lo “común”, en el Bien Común. Como todo tipo de lucha necesita una estrategia y una táctica para conseguir la victoria. Los escritos de Marx, Engels, Lenin, Luxemburgo, Gramsci, Mao, Lukas, Castro, Guevara, Ho Chi Minh y otr@s tratan siempre sobre esta estrategia y táctica en su momento y lugar concreto. Vivimos un momento crucial de la Humanidad. Por primera vez el sistema capitalista globalizado une la crisis de demanda con la crisis de ofertaiv, agota la explotación de la naturaleza poniendo en peligro la propia existencia de la especie humana, y lleva la desigualdad a extremos nunca antes visto en la historia, a la vez que dispone de conocimientos y desarrollos científicos, tecnológicos y humanos inimaginables hace pocas décadas. La contradicción entre el control y disposición de este conocimiento y medios de producción por una élite de personas que apenas superan las 2.000 en una humanidad de casi 8.000 millones lleva al sistema a su crisis civilizatoria, al urgente e imprescindible cambio de valores, motivaciones y objetivos. A su superación y transformación. Sin consciencia, movilización y organización tras unos objetivos estratégicos y unas tácticas adecuadas no se logrará. He aquí la importancia del Bien Común.

Teoría militar y lucha de clases

Han existido personas, hombres y mujeres, que han influido por sus obras especialmente en el devenir de la humanidad. Fueron personas de carne y hueso, que vivieron en un contexto histórico y local determinado que, entre sus contradicciones y miserias, realizaron la grandeza de su obra dando sentido a las vidas de sus congéneres e inspirando la acción de las siguientes generaciones. Con el paso del tiempo, sus exegetas mistifican sus figuras difuminando sus miserias y contradicciones, llegando incluso a endiosarlos. Esto pueden hacerlo tras décadas o siglos, cuando no queda nadie que los recuerde directamente. Con este proceso sus exegetas se recubren de autoridad, pero cosifican sus mensajes de liberación dogmatizándolos y levantando barreras de incomunicación, impidiendo el diálogo intercultural. Hoy, ante el reto que tiene la humanidad de unirse en Una para hacer frente a los desafíos globales, es necesario desmitificarlas, humanizarlas. Y humanizamos a las grandes figuras del pasado cuando las contextualizamos en sus espacios y tiempos vitales.

La estrategia y las tácticas militares han de estar unidas y ser coherentes entre sí para conseguir los objetivos. La estrategia es la visión de largo alcance, los objetivos últimos a conseguir, y la hoja de ruta completa para ello. Las tácticas son las curvas y vericuetos del camino para llegar al final; son las colinas que hay que tomar y en las que hacerte fuerte para ir paso a paso hasta el triunfo final.

El primer texto de estrategia y táctica militar que ha quedado escrito es la toma de la aldea de Meggido (en el actual Estado de Israel cruce de caminos entre los imperios hititas al norte, sumerio al este, y egipcio al sur por el faraón Tutmosis III (1457 a. c.) Pero es El arte de la guerra de Sun Tzu (Siglo V antes de Cristo) el que se considera el primer tratado militarv. En su primer capítulo “De la evaluación” habla de cinco componentes básicos de toda estrategia y táctica militar: La doctrina, el tiempo, el espacio, el liderazgo y la unidad y disciplina. Si analizamos los textos de la campaña de Alejandro Magno, La Guerra de las Galias de Julio Cesar, o Del arte de la guerra de Nicolas Maquiavelo podremos observar que todos hablan de estos cinco elementos esenciales en sus contextos históricos y locales. El arte de la guerra de Sun Tzu es traducido al francés y publicado en 1772. En 1832 Clausewitz publica su tratado De la guerravi donde analiza las campañas napoleónicas influenciado por El arte de la guerra de Sun Tzu.

Marx y Engels publican El manifiesto del partido comunista en 1848 y con él están dando el primer componente básico: “doctrina”, el objetivo final que justifica y da sentido a la lucha de clases. Previamente en la década de 1840 se habían asociado a la Liga de los justos en Bruselas, que cambia de nombre como Liga de los comunistas en Londres en 1947vii, cuando les encarga la redacción del Manifiesto. Con ello desarrollan los componentes básicos de “liderazgo” junto con “Unidad y disciplina”. Posteriormente en 1864 se crea en Londres la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT)viii donde se desarrollan los componentes de “tiempo” y “espacio” en cada uno de los Estados-naciones de las delegaciones que la componen. Posteriormente Lenin publica ¿Qué hacer? (1902) donde desarrolla la organización y estrategia adaptada a las condiciones existentes en Rusia a principios del S. XX. En la década de 1930 Gramsci, en Papeles de la cárcel, reflexiona sobre las experiencias de Marx, Engels y Lenin a la luz de la relectura de Maquiavelo sobre las condiciones y requisitos para la transformación social en Estados complejos desarrollados.

Tras la Segunda Guerra Mundial el sistema capitalista disfruta de los treinta años gloriosos sustentados en la reconstrucción, Estado del Bienestar en los estados centrales y el intercambio desigual del colonialismo sobre el resto del mundo capitalista. Los países comunistas se desarrollan como antítesis del sistema capitalista en un reparto del mundo en torno a la guerra fría. Pero al final de la década de 1960 deja de ser viable. En agosto de 1971 se presenta el Manifiesto de Lewis Powell, a instancias de las Cámaras de Comercio norteamericanas, acta de nacimiento en Estados Unidos de la ideología neoliberal y la estrategia de las dirigencias de las grandes empresas para controlar los medios de comunicación social y a políticos, con objeto de someter y dominar una economía y sociedad que se les escapaba y rebelaba. Reagan en EE UU y Margaret Thatcher en Gran Bretaña serían la visualización histórica de su implantación política. También en 1971 EE UU rompe la vinculación del dólar con el oro que garantizaba la estabilidad financiera mundial desde los acuerdos de Bretton Woods en 1944. Con ello se inicia la deformación del sistema y comienza la denominada «financiarización de la economía» que lo ha mantenido artificialmente desde entonces, pasando de una burbuja y crisis financiera a otra de forma ininterrumpida, acelerando el proceso de concentración económica en las élites directivas de cada vez menos transnacionales.

En los siguientes cuarenta años el sistema capitalista ha desarrollado su hegemonía en torno a:

1.- Doctrina. Libertad de mercado y democracia liberal como ideal mundial

2.- Tiempo. El fin de la historia marcada por el sistema capitalista imperecedero

3.- Espacio. La globalización neoliberal, el sistema capitalista en todo el orbe

4.- Liderazgo. De las Corporaciones transnacionales ejercido desde un poder oculto

5.- Unidad y disciplina. Garantizada por y desde el Club Bilderbergix a través del dólar, el sistema financiero internacional, control de la investigación científica y el desarrollo tecnológico como poder blando; y el despliegue de bases militares, golpes de estado y actos terroristas como poder duro, en palabras de Joseph Nyex. Subyugación ideológica y coerción en palabras de Gramsci.

En 2012, Zbigniew Brzezinskixi publica su último libro, «La visión estratégica», en el que habla sobre las perspectivas estratégicas del mundo en el siglo XXI para el sistema capitalista, que pierde su hegemonía tras la crisis económica de 2008/9 ante la pujante China, arropada por la recién surgida BRICSxii, alianza entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Desde entonces hasta ahora el mundo ha vivido un interregno falto de un claro e indiscutido liderazgo, fragilidad, inestabilidad, consciencia de vulnerabilidad e interdependencia. Mientras tanto se profundiza la crisis climática, proliferan los estados fallidos, hambrunas, millonarias migraciones de poblaciones excluidas del sistema, epidemias y resurgimiento de fascismos en el mundo, con oleadas de políticas progresistas y conservadoras en las elecciones aupadas por poblaciones desorientadas y desilusionadas por sus políticos electos una y otra vez. Y el incremento de la tensión militar entre EE UU/OTAN y China/Rusia manifestado en distintos lugares del mundo, que nos acerca peligrosamente a un conflicto nuclear.

Lucha de clases aquí y ahora

En la actual correlación de fuerzas internacional sin una clara visión estratégica los gobiernos progresistas en el poder se desvían de la ruta adecuadaxiii. Se difumina la diferencia entre el camino correcto y la desviación, entre el bien y el mal, quedando únicamente el ejercicio del Poder. Se transforman en meros gestores que buscan su legitimación en la eficacia y eficiencia, defraudando a sus electores que demandan soluciones reales que transformen sus condiciones de vida.

En el artículo Función histórica del Bien Común y las economías transformadorasxiv hago una primera aproximación sobre los cinco componentes básicos de Sun Tzu en este momento del proceso de cambio. Veámoslo con más detalle.

Doctrina. –

Un planeta, una Humanidad y un Gobierno mundial democrático, legítimo y transparente. Para hacer nacer el Estado del Bienestar del Buen Vivir a nivel mundial tenemos que generar el nuevo Poder soberano de la ciudadanía universal y los derechos jurídicos de la naturaleza, nuestra gran Madre Tierra. La globalización neoliberal mundializa la economía y comprime lo social y político en los Estados-nación impidiendo el equilibrio entre las tres facetas de una única realidad. Tan sólo recuperando el equilibrio entre lo económico, social y político (libertad, igualdad y fraternidad) la humanidad tendrá una mínima opción de enfrentar los retos globales. Esta visión es la única que posibilita la cohesión de la inmensa mayoría de la humanidad y la hegemonía de clase en el proceso avanzando en la superación y transformación sistémica y civilizatoria.

Tiempo. –

Vivimos el tiempo del capitalismo agonizante y del nacimiento de una nueva época de la humanidad edificada sobre nuevos valores, motivaciones y objetivos. Esta transformación surge de la necesidad y del ejercicio de nuestra libertad de ser conscientes de los retos que enfrentamos y actuar en consecuencia. Este tiempo se manifiesta de distintas formas en los Estados-nación capitalistas desarrollados cuyo sistema agoniza; en los países del Sur colonial y periféricos que avanzan hacia su inclusión en una nueva realidad internacional en igualdad de derechos y deberes; y en los países comunistas y excomunistas que han de superar su realidad surgida como antítesis del sistema vigente hacía una síntesis superadora en un mundo y futuro compartido. Así mismo, es diferente en las iniciativas alternativas que surgen y se multiplican desde la sociedad en todo el mundo; en contraposición al tiempo que se manifiesta en las relaciones institucionales intergubernamentales, encorsetadas y encauzadas por los planificadores del sistema dentro de una defensiva institucionalidad y mecanismos expresamente creados para ello.

Espacio. –

La respuesta necesaria al cambio climático y a la desigualdad e injusticia social tan sólo puede ser dada a nivel mundial. La humanidad avanza, no retrocede, sobre la realidad de partida creada con anterioridad. Es una mundialización nueva que supera y trasciende a la anterior, paridora del nuevo paradigma de valores, motivaciones y objetivos. Y este espacio mundial nos requiere anteponer, a cualquier otro derecho, la defensa de la biosfera, la dadora de Vida, como Bien Común de la Humanidad, haciendo surgir la ciudadanía universal como nuevo Poder Soberano.

Liderazgo. –

El sujeto social para esta transformación es el conjunto de la humanidadxv. Con el desarrollo final del sistema capitalista y su globalización han madurado las condiciones hasta el límite de acercar la posibilidad de que la liberación de la clase obrera sea la liberación de todas las clases y sectores sociales. El liderazgo del nuevo tiempo lleva en su seno la esencia de la nueva realidad a construir, por ello no puede ser sino un liderazgo diverso, compartido y transparente. A la humanidad unida en la diversidad le corresponde un liderazgo múltiple, diverso y compartido desde la legitimidad que le otorga la transparencia.

Unidad y disciplina. –

¿Cómo se garantiza la unidad de acción y la disciplina de toda la humanidad cuando está dividida por nacionalidades, razas, culturas y lenguas en 2021? Confiando en ella, organizándola y fortaleciendo los mecanismos de interculturalidad.

En 2003 decenas de millones de personas en el mundo entero nos movilizamos por la Paz previo a la guerra de Irak montada desde mentiras y falsedades. Túnez, el 15M, Occupy Wall Street, viernes por el clima, movilizaciones feministas, … nos permite alimentar la fe en la humanidad sin fronteras y en la juventud que hoy intenta crear un proyecto de vida en un mundo que les arrebata toda perspectiva, ilusión y esperanza.

La organización debe responder a las circunstancias y contexto en que se desenvuelve el sujeto social que lidera la transformación. Hoy no existe ningún tipo de organización mundial adecuado para ello. La ONU es la que más se acerca, pero no representa a la ciudadanía universal si no a los Estados-naciones. Hay que dotar de organicidad social a la ciudadanía. La propuesta de Portavocía de la Humanidadxvi intenta avanzar en esta organicidad social sobre los valores esenciales del mundo en construcción: dignidad y derechos humanos, igualdad incluida la de género, respeto y armonía medioambiental; economía por y para la Vida; democracia participativa; y generación de un Demos intercultural para la ciudadanía universal. No se trata de elegir a las personas puras que proponía Aristóteles. Estos seis elementos básicos de la nueva época ya disponen de organizaciones sociales internacionales que vienen luchando por la defensa de sus objetivos específicos a la vez que trascienden los límites establecidos por los Estados-nación. La constitución de un órgano que una la acción de estos portavoces en espacios territoriales determinados da conciencia de unidad de los diferentes procesos, fortalece a las organizaciones participantes y avanza en la construcción de la nueva institucionalidad desde abajo hacia arriba, garantizando la unidad y disciplina de acción con formas de democracia participativa. Los partidos políticos, que hoy están circunscritos a espacios electorales dentro de cada Estado-nación, tienen un importante papel promoviendo estas plataformas en sus ámbitos, si quieren ser partes de la transformación superadora de la actual democracia liberal.

Fortalecer la interculturalidad se presenta como tarea de especial interés, ya que sobre ella se levantará el Demos, el espíritu de una única humanidad, el nuevo Poder Soberano del mundo que nace. La humanidad ha de sentir que comparte un horizonte común con el Planeta. Lo que exige una cultura del diálogo intercultural no es sólo tolerar, sino afirmar las diferencias por sí mismas y como forma de facilitar un sentimiento de solidaridad y pertenencia común. Parte de la premisa de que cada cultura y tradición sólo puede mantener su identidad en un contexto en el que hay una preocupación por la humanidad en general. Es decir, la diversidad sólo puede florecer en un espacio en el que hay un reconocimiento general de su valor. Una ética cosmopolita de mutua comprensión cultiva un sentimiento común de pertenencia a una única humanidad. La ciudadanía se abrirá a una variedad mucho mayor de posibles valores comunes en el ámbito mundial. La mundialización necesaria que cree el espíritu único para toda la humanidad tiene que permitir el compartir las mutuas diferencias, pero también otorga un espíritu que es mayor que la suma de sus partes. Será un salto cualitativo en la evolución de la humanidad. Ése es el auténtico mensaje de diversidad que el proceso de unificación de la humanidad en el Buen Vivir encierra.

La dualidad en los frentes de la lucha de clases

Es la realidad medioambiental, económica y social la que determina los frentes de la lucha de clases. No se trata de hacer un ejercicio teórico de eruditos geniales que nos permitan hacer de “alquimistas de la revolución” en palabras de Karl Marx. El objetivo estratégico solo se conseguirá en el desarrollo paso a paso de las acciones tácticas. La contradicción principal obliga a responder y actuar de forma urgente, inaplazable, y en torno a ella todas las clases sociales y sectores dentro de cada clase han de definirse. Aparece en primer plano precisamente porque significan opciones, cruces de caminos en el devenir histórico, en torno a las que hay que posicionarse, poniendo de manifiesto las diferencias y contradicciones secundarias entre los diferentes sectores de cada clase; estas diferencias permiten aglutinar alianzas sociales de progreso o de retroceso histórico. Son opciones con consecuencias irreversibles en el tiempo, ya que posteriormente la realidad, correlación de fuerzas y los problemas serán otros. Las distintas opciones son objetivas, pero tendrán que visualizarse, exponerse y defenderse dentro de una determinada estrategia de acumulación de fuerza social y aislamiento de las otras opciones, ya que lo que no se conoce no existe y quién no tiene estrategia propia juega siempre con la estrategia del contrario. Sólo una será la elegida y la seguida por la sociedad.

Hoy la contradicción principalxvii la marca el cambio climático y la urgencia de actuar para garantizar la supervivencia de la humanidad como especie. La contradicción fundamental sigue siendo la que enfrenta al capital con el trabajo asalariado, pero a unos niveles de concentración del capital y de desigualdad e injusticia social mundial que hace inviable el mínimo necesario de cohesión social. Es este enfrentamiento el que marca los frentes de la lucha de clases en una tensión dialéctica entre avanzar hacia la necesaria transformación y superación del sistema capitalista o bien, hacia una reforma y bloqueo permanente que permita al sistema seguir funcionando dentro de la lógica del capital, mientras se pudren las condiciones y se cierran las puertas de oportunidad para actuar que impidan el desastre total.

La intuición cognitiva sobre el movimiento vital de todas las cosas con el método dialéctico de Demócrito y Epicuro, recuperado para la modernidad por Hegel y Marx, profundiza su base científica a la luz del principio de bifurcación de la mecánica cuántica. La evolución de las comunidades humanas observadas bajo este principio se refleja en la historia de las luchas de clases. Veamos algunos ejemplos de esta dualidad en las distintas facetas de la crisis sistémica y civilizatoria del sistema capitalista actual.

Energías renovables. – Potenciarlas en un horizonte de completa sustitución de la generada por combustibles fósiles no es una opción, es una necesidad imperiosa aceptada científicamente y por la mayoría social. La dualidad se encuentra en desarrollar una respuesta que permita el negocio, la lógica del capital, a través del control de la producción y distribución futura para cambiar lo imprescindible manteniendo el sistema capitalista. O la otra opción coherente con el sentido evolutivo: avanzar hacia la transformación que necesita la humanidad para garantizar su supervivencia y una vida digna para tod@s, que requiere la descentralización y democratización de la producción energética, vinculando su producción a las necesidades reales de las poblaciones que viven sobre un determinado territorio.

Efectos del cambio climático. – La coherencia de las posibles medidas a adoptar para mitigarlos y regenerar las condiciones para la vida chocan con la vigente sociedad de consumo; con las actuales formas de producir, consumir y distribuir resultante de la necesidad del capital de su reproducción ampliada en un horizonte sin límites. La opción alternativa es cambiar los valores, motivaciones y objetivos hegemónicos construyendo la necesaria economía por y para la Vida, donde se tendrá que relocalizar en gran parte la producción de los medios esenciales para la vida de las poblaciones, a la vez que convertimos la producción, consumo y distribución en regeneradores de la vida. El fracaso de la COP26xviii y de las anteriores desde 1992 nos demuestra que el marco determinado por las grandes corporaciones, donde los principales Estados-nación son los que aprobaran las medidas y sus garantías de cumplimiento, está diseñado para controlar el proceso. El protagonismo de los lobbies corporativos y el control indirecto que hacen de dirigentes y gobernantes de los principales Estados-nación en el proceso previo para ser elegidos, marcan unas reglas de juego donde el bien común de la humanidad jamás podrá triunfar.

Urbanismo. – El 50% de la población mundial vivimos en zonas urbanas. La ONU estima que en 2050 este porcentaje habrá subido al 70%. Es en estos espacios urbanos donde se desarrolla principalmente la actividad productiva, consumo, distribución, contaminación, desigualdad y actividad política. El diseño de las ciudades viene siendo congruente con las necesidades del capital en grandes líneas, priorizando, por ejemplo, el uso de automóvil sobre el transporte público y el bienestar de las personas. En ellas se producen y reflejan los conflictos y las alternativas, configurándose como un escenario permanente de la lucha de clases. Hoy el despliegue de la Inteligencia Artificial con el Big Data tiene uno de sus pilares esenciales en las llamadas Smartcitys. La opción del capital es la apropiación monopólica de los datos generados por las poblaciones sin ningún límite ni cortapisa ética. La otra opción es incorporar en este software los valores éticos de dignidad, solidaridad y justicia social, valores medioambientales y democracia participativa con medidores que nos indiquen si realmente caminamos en dirección correcta o no y a qué velocidad, convirtiéndolos en verdaderos cuadros de mando para la gestión política transparente, y vehículos de concienciación y democracia participativa. Desde Cádiz intentamos adelantarnos con el proyecto de Ciudad del Bien Comúnxix, pero el confinamiento del covid19 y la falta de visión y voluntad política de los diferentes gobiernos locales, han permitido la firma de los convenios con las grandes corporaciones tecnológicas para las inversiones Next Generation en la provincia sin ningún condicionamiento de valores éticos y visión transformadora de clase. Este frente de la lucha de clases dentro del urbanismo va en paralelo a la generación local de alternativas como las Comunidades del bien comúnxx donde se limita el derecho de propiedad evitando la especulación y fortaleciendo lazos de comunidad. Felber en Economía del Bien Común nos habla de la visión estratégica donde, en una sociedad del Bien Común ya establecida, no tendrá sentido ser propietario de la tierra ni de la vivienda, pero sí hacer usufructo de ellas siempre con actividades enfocadas al bien común y al uso personalxxi. Esta visión estratégica jamás se hará realidad si no enfrentamos desde la ciudadanía organizada el reto de poner en marcha proyectos alternativos y desde los gobiernos locales alternativas en las decisiones que se toman en el día a día que desarrollen las que verdaderamente caminan hacia el bien común. Han vuelto a ganar por incomparecencia del adversario.

Lucha de clases sindical. – La defensa de los puestos de trabajo se inserta en la lógica del mantenimiento de las actuales reglas del mercado, limitándose al coste de la mano de obra. Se tendrá más o menos éxito en la lucha, pero dentro de este marco no se avanza en la construcción del nuevo paradigma. Es más, con las necesidades de incremento de la tasa de ganancia del capital, el estancamiento del crecimiento y la IA aplicada a la producción el escenario futuro es de derrotas sindicales con más precariedad, división y enfrentamiento entre personal asalariado de distintos centros del mismo grupo localizados en diferentes países, y pérdida de poder adquisitivo. Pymes y autónomos de todos los sectores productivos caminan en paralelo con el personal asalariado, que hoy vemos claramente en la agricultura y en la guerra de la leche en la ganadería. La opción alternativa pasa por reducir la jornada laboral sin merma retributiva y desarrollar la democracia económica conquistando parcelas de codecisión en el seno de las empresas, creando paralelamente redes colaborativas de empresas vinculadas con las necesidades de las poblaciones asentadas sobre los territorios vertebrándolos, transformando la economía sobre las potencialidades endógenas y avanzando en una economía basada en el valor de uso: La economía por y para la Vida.

Economía social y solidaria. – En su seno se libra la batalla día a día. Han de ser viables económica y financieramente en un mercado competitivo dentro de la lógica capitalista en contra de sus propios valores intrínsecos dignidad, igualdad y solidaridad. Su propia existencia dentro del actual sistema capitalista sirve para justificarlo en tanto que es la manifestación de su flexibilidad para contener lo diverso. En tanto que se limite a mantenerse, cambiando el interés individual de la persona por un interés particular y egoísta del colectivo asociado de la empresa de economía social, sin extender sus valores intrínsecos a su entorno económico y social estará defendiendo y justificando el vigente sistema, aunque sean el germen del modelo empresarial del nuevo paradigma.

Renta Básica Universalxxii . – Puede ser la herramienta para enfrentar la desigualdad social y la carencia de puestos de trabajo por el sistema manteniendo un mínimo poder de consumo, alternativa surgida en el Foro Económico Mundial; o bien una alternativa de empoderamiento y autonomía de la ciudadanía frente al poder corporativo, avanzando en la transformación de época en nuestro tiempo.

Podríamos seguir con muchos más ejemplos que harían interminable el artículo.

2022 ha de ser el año en que se desarrolle la conciencia de pertenencia a una única y diversa humanidad. Y antes de que finalice 2024 tendrá que movilizarse como jamás nadie haya podido imaginar exigiendo el Congreso Constituyente para un planeta, una humanidad y un Gobierno democrático, legítimo y transparente. Con el Bien Común de la humanidad se trata de poner fin para siempre a todo tipo de dominación rompiendo las reglas del juego e instaurando nuevas reglas, nuevos valores sociales, nuevas leyes. Los indicadores y métodos de análisis de la teoría económica, social y política vigentes provocan la pérdida de la adecuada orientación en las medidas y actuaciones tomadas en la búsqueda de la salida a la crisis, por lo que tenemos que crear nuestros propios indicadores como propone la Economía del Bien Común y resto de economías transformadoras. Las múltiples crisis del sistema capitalista agonizante se superan trascendiendo el propio sistema capitalista, trascendiendo nuestra propia realidad haciendo avanzar el nivel de conciencia de la propia humanidad.

Fernando Moreno Bernal
Campo de energía EBC Cádiz
Cádiz, a 18 de noviembre de 2021

ii Maquiavelo, Nicolas. Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio.