Función histórica del Bien Común y las economías transformadoras
La Humanidad está ante un momento crucial. Los fundamentos neoliberales del mundo en los últimos 40 o 50 años han estallado fruto de las propias contradicciones del sistema capitalista. Este es el momento de construir los cimientos de nuestro futuro. Ya en 2021 estamos despertando a un mundo nuevo. Estamos asistiendo a grandes avances en todos los ámbitos científicos y técnicos, especialmente en física, ordenadores cuánticos y biogenética. La economía mundial sufre grandes cambios por la desglobalización forzada con la ruptura de las redes de suministros y el enfrentamiento entre el mundo unipolar del pasado y el surgimiento del mundo multipolar. Este sistema económico está amenazado por las consecuencias cada vez más manifiestas del cambio climático; la transformación se vuelve cada vez más necesaria, acuciante e inevitable. Y con esta necesidad, la consciencia universal del carácter irrenunciable a un proyecto de futuro cosmopolita para la Humanidad y la Vida en este planeta.
No tenemos que temer necesariamente el futuro. Ya hoy existen grandes cambios en el sistema económico y monetario, que trastocan los operadores del mercado y la estructura económica de los mismos. Es un campo de lucha entre lo caduco y lo nuevo. Entre el poder y control de unos pocos y el bien común de la mayoría de la Humanidad. Entre dictadura de codiciosos y democracia plena de la inmensa mayoría. Hoy lo vemos en el oligopolio farmacéutico y la lucha contra Covid-19 en el mundo, y en España con el oligopolio eléctrico y la factura de la luz. Es el tiempo en que surgen propuestas originales basadas en nuevos valores para solucionar los problemas económicos, sociales y políticos. Es el tiempo en que surgen las economías transformadoras para anteponer el Bien Común de la Humanidad sobre la avaricia de unos pocos.
Para construir los cimientos de nuestro futuro como Humanidad debemos tener en mente el objetivo final, la meta a la que queremos llegar: la construcción de las normas y reglas que permitan vivir dignamente a toda la humanidad en equilibrio y armonía con nuestra gran madre la biosfera del planeta Tierra, Gaia. En una Humanidad unida en la diversidad. La constitución de un Estado mundial democrático, legítimo y transparente, que promueva la riqueza de la diversidad y pluralidad de nuestra humanidad.
Las dinámicas internas de los procesos en marcha están activando y fortaleciendo el poder transformador que surge del seno de las sociedades, aunque lo percibimos deformado por la realidad actual de enfrentamiento entre Estados-naciones. El protagonismo de la sociedad civil es esencial si queremos llegar a buen puerto, desarrollando su hegemonía en torno al concepto de Bien Común de la Humanidad. Y para ello debemos prestar especial atención a cinco aspectos:
1.- Cohesión y hegemonía
El mundo actual globalizado está unido por la ideología neoliberal que marca la forma de producir, consumir y distribuir. Esta unidad conforma una sociedad sobre determinados valores, motivaciones y objetivos. Hoy estos están cuestionados por hacer inviables las sociedades y el futuro de las nuevas generaciones. La única forma de enfrenarnos a este reto es construir un nuevo paradigma de valores, motivaciones y objetivos que nos inspiren el Buen Vivir para toda la Humanidad, y en torno a esta unidad de pensamiento cohesionarla. Es una lucha cultural por una nueva teoría que permita la supervivencia a la vez que libere toda la potencialidad creativa de la Humanidad liberándola de las trabas y corsés que le impone la maximización del beneficio para unos pocos en la actualidad. Las diferentes economías transformadoras, y entre ellas la EBC, ya enfrentan esta lucha ideológica.
2.- El tiempo de los procesos
“Cuando teníamos todas las respuestas nos cambiaron todas las preguntas” nos contaba Eduardo Galeano. El neoliberalismo se ha impuesto a la humanidad por incomparecencia del adversario, controlando los tiempos y distrayéndonos con batallas del pasado que ya no tienen relevancia en el presente. Hoy nos enfrentamos al “capitalismo de la vigilancia”, al Big Data y 5G, sin regulación y sin código ético. Ya están tomando posición y controlando los datos con las tecnologías y la imposición del “acepto” para su uso, así como con las Smartcitys. Mientras nos distraen con espectáculos y polémicas coyunturales de “vacunación obligatoria o no”, precios de la luz, etc. que aprovechan también para “hacer caja”. Para cuando nos planteemos la regulación y ética de la obtención, uso y aprovechamiento de datos personales ya dispondrán de los mismos.
3.- Espacios relevantes en la confrontación
Quién determina el tablero del juego dispone de la mitad del éxito. Tan importante como el tiempo es determinar cuales son los temas relevantes por los que merece la pena confrontar. ¿Dónde está en 2020 y 2021 Greta Thunberg y la lucha de la juventud contra el cambio climático? ¿Dónde las grandes movilizaciones feministas? Cuando se dieron cuenta que no podían controlar a Greta Thunberg la hicieron desaparecer siendo ninguneada en los medios de comunicación. Cuando vieron que no controlaban al feminismo desviándolos hacia el movimiento Me-Too, limitado a famosas y adineradas actrices, también este desapareció de los medios de comunicación, tapados ambos por el miedo generalizado al Covid-19. En este tiempo que surge debemos conjugar tiempo y espacio para determinar agendas de temas a tratar e itinerarios a seguir. Hay que tomar la iniciativa y no sólo reaccionar ante hechos consumados.
4.- Liderazgo social compartido
El liderazgo social compartido es el motor de las verdaderas transformaciones. Si queremos cimentar un mundo nuevo solidario, con justicia social, equidad, sostenible, democrático e intercultural debemos actuar con rigor y valentía. Es en el seno de los movimientos sociales desde donde surgen las nuevas normas, reglas y estructuras. Este liderazgo social debe tener su reflejo en el liderazgo político entendido como constructor de poder legislativo, ejecutivo y judicial del nuevo poder constituyente. No hay liderazgo ni hegemonía sin proyecto transformador, ni verdadero proyecto transformador sin nuevos valores dominantes, sin la nueva “cultura”. El liderazgo le corresponde a la economía social donde capital y trabajo se funden en uno y son el germen de las empresas y sociedad futura.
5.- Unidad y disciplina
Unir y dotar de organicidad a la sociedad civil y darle todo el protagonismo. Esta sociedad civil organizada a través de sindicatos, empresas de economía social, pymes, comerciantes, agricultores, ganaderos, asociaciones feministas, de vecinos, jóvenes, consumidores, ecologistas, desarrollo sostenible, culturales, solidarias, etc. está desunida y dispersa con sus objetivos específicos. Hay que unirla, hacerlas confluir para que su acción creativa, comprometida y participativa se multiplique en la interacción de unas con otras. Y desde ahí establecer e institucionalizar un diálogo permanente con la Administraciones públicas locales con competencias directa en el territorio para el ejercicio diario de soberanía en una verdadera democracia participativa. La unidad de acción tiene que establecer lazos de conexión internacionales. Unidad por la base que crece hasta la copa en un mar de ramas global. Lo local y lo global conformando una sola realidad. Esta acción unitaria debe dotarse de disciplina para alinear sus acciones como un cuerpo unido con un mismo objetivo. Para ello es necesario conocer todas las herramientas disponibles y usarlas en la forma adecuada y en el momento preciso; y desarrollar las nuevas herramientas necesarias para tal fin.
El Bien Común de la Humanidad es la idea fuerza, el atractor en esta crisis sistémica y civilizatoria que transitamos, que posibilita crear las bases de la futura institucionalidad. Y las economías transformadoras, entre las que nos encontramos la Economía del Bien Común, las que generan el proyecto futuro que permite desarrollar el liderazgo y la hegemonía en el tiempo hasta conducirlo a buen puerto. La EBC ha cumplido diez años, en los que ha estado sembrando semillas de futuro. Con la agudización de la crisis sistémica y civilizatoria ha llegado la hora de la recolección.
Fernando Moreno Bernal
Coordinador/Presidente EBC Andalucía
Cádiz, a 16 de septiembre 2021