“La juventud de hoy se encuentra al frente de la acción climática, de la 
 lucha por la igualdad de género y de la justicia social y los derechos humanos”.
 Antoni Guterres, Secretario Gral. ONU Discurso año nuevo 2020[i]

El Poder es el saber qué hay que hacer y la voluntad firme de hacerlo.

La juventud es la esperanza del mundo. Vivimos acelerados, con noticias que cambian vertiginosamente impidiéndonos racionalizarlas y reaccionar. Pasamos de las masivas movilizaciones en Chile, Líbano, España, Bolivia, Ecuador, Irak, Egipto, Hong Kong[ii], … al incendio en el Amazonas[iii], calentamiento más rápido de lo esperado de los océanos[iv], al fracaso de la COP25 de Chile, realizado en Madrid[v], al asesinato de Qasem Suleimani[vi], incendios en Australia[vii], inundaciones y tormentas huracanadas, salida del Reino Unido de la UE, propuesta del Acuerdo del Siglo de Trump contra el pueblo palestino[viii], a la epidemia del coronavirus[ix], amenaza de crisis financiera internacional[x], guerras comerciales globales[xi], lanzamiento de criptodivisas por los propios Bancos Centrales[xii], avisos del Banco de Pagos Internacionales de un próximo “cisne verde”[xiii], etc. Cada una de ellas exigen una verdadera movilización mundial de respuesta. Es tiempo para la acción.

Y en medio de esta vorágine de noticias se edita en España a finales de 2019 el último libro de Christian Felber “La voz interior. Espiritualidad, libertad y bien común”[xiv]. En la Asociación para el fomento de la Economía del Bien Común sabemos de la dificultad y las suspicacias que genera hablar de valores éticos y de “espiritualidad”. Sin embargo, es esencial comprender la importancia de hacerlo. La EBC aspira a resolver la contradicción de valores entre economía y sociedad. Nuestro enfoque es holístico: El pensamiento económico dominante se ha desconectado de sus contextos cultural-ético, político-democrático y natural-ecológico. La ciencia económica clásica se ha desprovisto de alma. La EBC aspira a la reconciliación del pensamiento económico con sus contextos, y en consecuencia con la economía real o productiva.

La ideología capitalista hegemónica ha conducido a la sociedad hacia una moral centrada en el individualismo, derecho a la propiedad privada y garantía de la libre concurrencia para la competitividad. El cambio cultural profundo de los últimos cuarenta años del neoliberalismo, que conforman un verdadero paréntesis en la historia de la Humanidad de adoración al becerro de oro, llevó a sustituir en la sociedad las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad por las de conocimiento, trabajo y beneficio. La EBC quiere cerrar este paréntesis devolviendo al dinero su función de medio y no fin, a la vez que avanza hacia un nuevo nivel acorde con los conocimientos científicos y los desafíos que enfrenta la Humanidad en este comienzo del S. XXI. La sociedad a la que aspiramos se basará en ciencia, bienestar y solidaridad. Conocimiento libre de superstición basado en los descubrimientos científicos, trabajo orientado a la obtención del bien común y bienestar de la sociedad como comunidad, incluyendo como elemento fundamental el respeto y sostenibilidad medioambiental, y la redistribución de la riqueza como medio para la igualdad y cohesión social. Los valores éticos es un campo de la lucha ideológica y una poderosa herramienta cohesionadora de las fuerzas sociales que vemos la urgente necesidad y pugnamos por la transformación social.

Christian Felber describe la trayectoria personal de su compromiso con el bien común partiendo de su sentido de la vida y visión (espiritualidad) como fruto y parte del Todo que es Gaia, la biosfera, un ser vivo que se autorregula a si mismo (Lynn Margulis y James Lovelock pag.32) Esta visión le lleva a la conciencia de que el bien del Todo es su propio bien como parte del Todo (Pag. 63) a la era mecánico-analítica le sucede ahora el estar unitario-holístico, y a decidir libremente por el compromiso político (Pag. 70) por el bien común, entendido como el conjunto de valores que cohesionan y en las que se basan nuestras sociedades humanas para poder vivir en comunidad (Pag. 71)

La ciencia actual avanza a pasos agigantados y a una velocidad sin parangón en la historia de la Humanidad. Esta visión de la espiritualidad de Christian Felber, cada vez más compartida, está adquiriendo una nueva base científica, aún por desarrollar al completo, que la confirma y afianza sobre nuevas razones. Hoy todo tiende hacia la unidad. Ciencia y espiritualidad también. Lo argumentaré a continuación a través de los tres pasos ciencia-espiritualidad-bien común.

CIENCIA

La genetista Lynn Margulis[xv] ha demostrado que los pasos esenciales de la evolución se han basado siempre en la coordinación y la cooperación, en la simbiosis, y no en la competitividad, y que somos fruto y parte de un sistema complejo que se autoregula que es la biosfera del planeta Tierra, Gaia. La politóloga y premio Nobel de Economía Elinor Ostrom[xvi], nos ilustró con la importancia de los bienes comunes y las formas participativas de su gobierno como esencia del progreso de las comunidades. Todo en la vida y en las sociedades humanas está interrelacionado y es interdependiente.

Las ciencias de la complejidad[xvii], denominadas también como ciencias de la Vida, que se inicia en las últimas décadas del S. XX, parte del reconocimiento de que la realidad es poliédrica, tiene volumen y muchas caras, de las que cada disciplina científica tan sólo ve frontalmente una y tangencialmente otras, quedándole ocultas otras. Es necesario, en consecuencia, crear grupos de investigación interdisciplinares que se complementen para poder visualizar la complejidad del objeto de estudio. Esta cooperación interdisciplinar viene dando muchos frutos, pues permite una mirada distinta sobre las fronteras del conocimiento de cada una de las disciplinas científicas. Así, cuando la astronomía habla de la investigación sobre el Big Bang y lo que había antes, la biología le responde que en su campo hay millones de Big Bang todos los días, cada vez que un esperma masculino fertiliza un ovulo femenino se forma una “monada” (cigoto[xviii]) que explosiona dividiéndose y multiplicándose desde la Unidad original, que crece hasta formar al ser completo con conciencia de sí mismo. Cada ser es (somos) un universo completo hecho a imagen y semejanza del Big Bang original del que somos fruto y parte.

El principio de autoafinidad de la mecánica cuántica nos lo explica. De la misma forma que en nuestro ADN está contenido el todo de nuestro ser, lo que permite los procesos de clonación, así Todo el universo está dentro de nosotros.

En física existe la teoría de la relatividad, que explica la física de lo grande, y la mecánica cuántica que intenta acercarse a la física de partículas, lo muy pequeño. Se busca una Teoría del Todo[xix], que unifique lo grande con lo pequeño, aún no hallada.

La ciencia que hoy busca el origen de la materia y de la vida sabe que el universo está formado por un 4% de materia visible, un 22% de materia oscura y un 74% de energía invisible que todo lo impregna. Los tres conforman una única totalidad. La astrónoma Vera Rubín[xx] nos demuestra la existencia de una materia y energía de la que no sabemos nada. La cuantificación de la existencia en el universo de materia y energía indetectable[xxi], a la que se le viene nombrando como oscura, permite intuir qué falta para poder definir esta Gran teoría unificada. De acuerdo con el principio de autoafinidad de la mecánica cuántica si estamos hecho a imagen y semejanza del Todo también en nosotros está esa materia y energía indetectable que nos une al Todo. Las células de todo ser vivo tienen polaridad, como nuestra biosfera. No existe la vida sin polaridad, lo que permite las grandes migraciones del reino animal al sintonizarla con la polaridad terrestre. La incorporación de esta materia y energía indetectable en la física de partículas permitirá esa gran unificación teórica y dejar de hablar de mecánica para hablar de verdadera física cuántica.

Los últimos avances en física, astronomía, genética, antropología, sociología y economía nos vienen a decir que estamos sujetos a estas leyes, interconectados con el Todo que conforma el sistema complejo de la Vida con mayúscula, y que nuestro libre albedrío forma parte de esas leyes. Somos o dejamos de ser la voluntad en acción, el observador colectivo que modifica el resultado del experimento. De ahí que la CONSCIENCIA, el Saber, y la VOLUNTAD de hacer sean determinantes en la evolución y devenir de nuestra Humanidad.

ESPIRITUALIDAD

La espiritualidad[xxii] es la búsqueda del viento del universo (el Todo, el Uno, Dios) dentro de nosotros. Es nuestra esencia, la fuerza que nos mantiene unido a nuestro cigoto de origen y nos permite tener conciencia de ser único, independientemente de los millones de millones de células que nos conforman y de los diferentes “tiempos” de vida de cada una de ellas. Es una dimensión personal e individual y, por consiguiente, profundamente revolucionaria y transformadora. Comienza con el lema inscrito en el frontispicio del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses y al universo”.

Christian Felber (Pág. 24) distingue claramente entre espiritualidad y religión. La primera individual, personal, le da sentido a nuestra vida sobre determinados valores. La segunda es social e institucional, reflejada en ritos y poderes que se manifiestan en distintos periodos de tiempo y refleja los valores hegemónicos de cada época. La primera es transformadora y revolucionaria en la medida en que está permanentemente cuestionándose, y se configura como la principal fuerza adaptativa de las sociedades humanas para responder a las nuevas necesidades que surgen. La segunda a través del ritual y la institucionalización de su iglesia se dogmatiza y burocratiza pasando a formar parte de las fuerzas conservadoras y represoras del cambio. La primera es universal independientemente de la iglesia de la que surge, y promueve el diálogo interreligioso y los movimientos ecuménicos. La segunda resalta la diferencia, fragmenta a la Humanidad en identidades enfrentadas y llega a provocar guerras de religiones. La primera llega a ser la mayor motivación de las personas para actuar. La segunda se constituye en el núcleo duro de cada civilización, en su última razón de identidad.

“El libro de los veinticuatro filósofos”[xxiii], cuyo origen y autoría se pierde en la historia de la Humanidad, nos ha llegado a través de su traducción en el S. XII por los monjes de Lille (Francia) Tan sólo nos llega su cuerpo, sin el prólogo ni el epílogo original que se consideraron heréticos. Este libro ha sido comentado a través de los siglos entre otros por Alain de Lille, Maestro Eckhart y Nicolas de Cusa en el medievo; Giordano Bruno y Copérnico en el renacimiento; y por Pascal y Borges más recientemente. La segunda definición de Dios como una esfera infinita cuyo centro se encuentra en todas partes y su circunferencia en ninguna, ha sido considerada como precursora de la teoría de la relatividad de Albert Einstein y definición del universo visible. El libro consta de veinticuatro definiciones de “Dios” desde la óptica de diferentes disciplinas de saberes. La numeración debe interpretarse según el significado que cada número tiene en la escuela pitagórica. Así el 1 es la Unidad, el Todo, el generador. El 2 es el generado, el hijo, lo visible. El 3 es el espíritu, la energía que todo lo une, el Amor. Y así hasta veinticuatro. La definición 1 nos dice que “Dios es una mónada que engendra una mónada, y refleja en si mismo una sola llama de amor” Podemos ver en ella el origen del Universo, el Big Bang, y también nuestro cigoto original. También la ciencia se une a los textos antiguos de la espiritualidad universal.

La espiritualidad individual es la principal fuerza motivadora de la voluntad. El Saber y la Espiritualidad nos empujan a actuar. En 2009 fui integrante, en representación de ATTAC Andalucía, del Comité Permanente del Foro Social Temático Español de Ética y Espiritualidad que se realizó en Sevilla entre el 10 y 12 de octubre, reuniendo a más de 1.200 personas de seis nacionalidades distintas en el Palacio de Congresos. Se me pidió elaborara un borrador de Declaración del encuentro en Sevilla. Lo denominé “Poder transformador del Amor”[xxiv] que podéis leer integro al final del enlace de la nota xxiv. Partí de la Declaración de independencia de EE. UU., primer documento político del sistema capitalista, y manteniendo su estructura le di la redacción adecuada a este tiempo en el que necesariamente tenemos que superarlo.

BIEN COMÚN

El sistema complejo abierto, dinámico, no lineal y adaptativo que es la sociedad humana tiene la peculiaridad de ser el único cuyo investigador/a es a la vez parte del experimento, que no se puede reproducir como en los laboratorios porque no podemos retroceder en el tiempo. Somos las personas quienes hacemos, deshacemos, cambiamos o transformamos nuestros sistemas sociales y los valores sobre los que se asientan. La juventud es la esperanza de la Humanidad. Creará el futuro con su voluntad activada, o bien, con su decidía e inacción. Para bien o para mal. Siendo responsables como generación que ES ante las generaciones que nos precedieron y las que nos seguirán, las que ERAN y las que SERÁN.

Quieren hacernos creer que somos pocos y aislados. No es cierto. Cada vez somos más y en más lugares del planeta quienes tenemos consciencia de pertenecer a la gran familia que es la Humanidad, que está en peligro inminente por la avaricia de unos pocos. Greta Thunberg, joven y mujer, se ha convertido en un referente mundial por que ha arrastrado a millones a actuar urgentemente contra los efectos del cambio climático provocado por unas pocas Corporaciones internacionales que se niegan a cuestionar sus grandes beneficios a corto plazo[xxv]. Sabemos que hay que hacer[xxvi]. Esta en juego la supervivencia de la Humanidad. El paso evolutivo que tenemos la necesidad de dar con urgencia es fruto de la actividad cultural humana. La capacidad de visualizar, planificar y crear ese futuro mejor posible dota a nuestra evolución de finalidad convirtiéndonos por primera vez en la historia como sociedad en agentes de nuestra propia evolución.

En abril y mayo de 2020 se desarrollará las maniobras militares de la OTAN “Defender Europe 2020”[xxvii] Movilizará 40.000 efectivos militares en la frontera con Rusia por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Obliga a Rusia a hacer lo mismo, ya que unas maniobras militares pueden convertirse en una acción ofensiva con tan sólo una decisión. Cualquier error o imprevisto puede ser fatal. No es por aquí por donde hay que avanzar.

La aparición de los nuevos movimientos sociales de jóvenes, feministas, pensionistas, defensores de servicios públicos, consumidores, derechos humanos, democracia y transparencia, … es lo más novedosos e importante ocurrido desde la crisis de 2007-8. Su carácter transversal y la creación de redes de apoyo horizontal, que muchas ocasiones superan las barreras de las fronteras nacionales y la pertenencia a culturas y civilizaciones diferentes, crean la base para el desarrollo de la ciudadanía universal, y la creación del “Demos”, el espíritu, de Humanidad unida rica en su diversidad, y en un permanente diálogo intercultural sobre valores universales compartidos[xxviii].

Estos valores universales conforman el Bien Común de la Humanidad, que hay que desarrollar desde lo local en las empresas públicas o privadas con herramientas como el Balance del Bien Común[xxix], desde lo espacial y urbano con la metodología de Ciudad del Bien Común, e internacionalmente con la primera Constitución del mundo y la Declaración del Bien Común de la Humanidad.

Una masiva movilización mundial por estos valores universales y su puesta en práctica es la única forma de actuar y sobrevivir como Humanidad. No estamos locos. Sabemos lo que queremos y vamos a crearlo entre tod@s.

Fernando Moreno Bernal
Vicepresidente EBC Andalucía
Cádiz, a 17 de febrero de 2020